Evita colores agresivos. Prefiere tonos suaves como el verde mar, gris o rosa empolvado. Los neutros, como el blanco o gris pardo, también son ideales. Puedes añadir pequeños toques de colores vivos o oscuros para contrastar. En cuanto a materiales, el parquet es una elección cálida, mientras que en los muebles, la madera da un toque hogareño. Evita exceso de metal, pues puede parecer frío.
ENTRADA
1. La base: colores y materiales
Colores
Olvídate de tonalidades chillonas. Los colores pasteles y neutros, como el verde mar o el gris pardo, son tus mejores aliados. Pero, si deseas añadir algo de audacia, ¿por qué no un toque de color más pronunciado?
Materiales
El parquet y la madera evocan calidez. Mientras que una baldosa puede parecer fría, una buena alfombra podría ser el complemento perfecto. Sin embargo, recuerda: la alfombra, aunque hermosa, puede requerir más cuidado.
2. Muebles que invitan a quedarse
El sofá
El protagonista. Busca uno que invite a recostarse, de asiento profundo y respaldo envolvente. Existen diversas opciones:
- Sofá recto acogedor.
- Sofá esquinero.
- Sofá relax.
- Sofá convertible.
- Sofá modular
Sillones y mecedoras
Un sillón en el rincón con una lámpara de pie a su lado. ¿Te imaginas? Y si hablamos de relajación, la mecedora no puede faltar. Su movimiento es simplemente hipnótico.
3. Detalles que marcan la diferencia
Textiles
Cojines de diferentes tamaños y estampados. Una manta informalmente colocada. Estos detalles pueden hacer que tu salón pase de ser ordinario a extraordinario.
Decoración
- Plantas: ¿Quién puede resistirse al encanto de la naturaleza en casa? Variedad de colores y formas para un ambiente más fresco.
- Paredes: Desde estanterías hasta cuadros. Las paredes cuentan historias, deja que las tuyas hablen.
- Iluminación: Es esencial. Ya sea una luz de techo o una lámpara decorativa, busca tonalidades cálidas.